Muchos creen que el ego es algo malo.
Yo lo llamaría Gran Maestro.
Lo que pasa que hay que ser demasiado humilde para reconocerlo.
Reconocer que mientras el ego nos muestra su cara, es el gran maestro de la antítesis.
Los yoes no se matan.
Los yoes se transforman en una virtud.
Cuando vemos y tenemos la capacidad y la sensibilidad de reconocer que eso es un agregado psicológico, en vez de evadirlo, el que ha aprendido a polarizar y a transmutar esas emociones, la convierte en una virtud antítesis.
El ego es un gran maestro en el gimnasio de la vida.
La única manera de trascender es reconocer y transmutar.
Aveces escucho a personas que dicen: "cuando yo tenía ego..."
Es un trabajo de por vida, cuando morimos retornamos al absoluto con un adn cósmico, con una información.
El ego no se mata.
Se transforma.
Y lleva mucho trabajo.
De por vida.
Me encanta la frase rosacruz que dice:
"Evolucionamos de vida en vida buscando la perfección, cuando se abre la rosa de nuestra alma ya no va a ser necesario la cruz para perfeccionarnos".
GRACIAS
Carolina López
EHTNP@outlook.com
Escuela Hermética y Terapéutica del Nuevo Pensamiento
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