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Foto del escritorCarolina López Medina

LA MENTE




Las facultades mentales son muchas y cada una de ellas requiere un esfuerzo mental diferente.

El impulso activo es un pensamiento vibratorio fresco, recién llegado, mientras que los impulsos pasivos son antiguos.

Pueden ser de vivencias pasadas, herencia, el impulso activo se abre paso entre la maleza, el impulso pasivo va y se mueve por los senderos ya trillados.

Un esfuerzo activo repetitivo se convierte en disciplina y luego en una destreza.

El impulso pasivo se detiene con el paso de uno activo o si no cambia de dirección.

Pueden ser finiquitados o corregidos por impulsos activos al ser identificados.

La función activa crea, cambia, o destruye.

La función pasiva obedece órdenes.

La función activa produce la pauta del movimiento.

La función activa supera, cambia, comienza de nuevo con ímpetu, puede convertirse en pasiva hasta que se vuelve a corregir o viene otro impulso activo y la destruye con nuevos hábitos, y nos vamos superando.

La aparición de problemas, los pensamientos activos van enseguida al rescate, mientras que los pasivos pueden usarse en la dinámica de problemas menores como las cosas cotidianas, familiares o momentos que se arreglan con facilidad.

Hay una tendencia dominante que nos hace querer saciar nuestros anhelos que se llama apetencia, se trata de pensamientos pasivos que se dejan llevar por impulsos primitivos, por ejemplo se ve muy claro y bien en las plantas, las raíces buscarán el agua y las hojas y las flores buscarán el sol.

Son esfuerzos pasivos digamos que no nos precisamos preparar para eso, estamos ya prontos, si lo hacemos automáticamente.

Lo que llamamos voluntad es el "yo", (pensamientos activos)

No hay que mirar más que nuestro alrededor para darnos cuenta cuánta intelección pasiva o activa vivimos.

El razonar de los humanos es intelección pasiva, demuestra escasas cualidades volitivas y dejan que otros seres piensen por ellos.

Los borregos humanos, los cuales su mente activa se mueve en un plano más material, condicionan su actividad mental elevadas, siguiendo pautas instintivas y automáticas de la función pasiva.

La docilidad de la mente puede aumentar mediante una práctica adecuadamente dirigida a formar la mente para que reconozca y absorba el poder interior.

La voluntad es fuerte, no necesita ser reforzada, pero la mente debe formarse para recibir sugerencias de la voluntad.

La voluntad es la manifestación externa del YO SOY.

Forma un cableado espiritual, pero debemos aprender a vibrar correctamente esa energía del cableado y ver bien que crea nuestra mente, antes de poner ese pensamiento activo en el cableado vibracional.

Vibrar adecuadamente la palabra y el pensamiento apropiado.

La acción del absoluto impulsa la acción del ser humano hacia arriba, y la fuerza vibratoria del impulso primario se desarrolla evolutivamente y comprendes la ley.

El ser humano puede autoayudarse y desarrollar potencias mentales, pero si no crees esto y le das la espalda a la verdad, sufres, por falta de conocimiento de la ley.

Quién comprende las leyes de su ser mental, desarrolla sus potencias latentes, y las utiliza con inteligencia.

Las vibraciones pasivas también las empleamos, para el uso en el cual mejor esten adaptadas.

Nos formarnos para lanzarnos como seres superiores, y realizar nuestra tarea de manera adecuada.

Regular nuestras vibraciones, la acción pasiva para unas determinadas cosas y la gran vibración de pensamientos activos, con la voluntad.

Desarrollamos acciones latentes en nuestro interior y aprendemos a manifestarnos según la intelección tanto activa como pasiva.

Nuestro YO es el amo y no el esclavo.

Las acciones pasivas y las activas son sólo herramientas para que el SER se encuentre y sienta su poder, para eso existen.

Para realizarnos y encontrar el secreto del YO SOY.


Carolina López


ESCUELA HERMÉTICA Y TERAPÉUTICA DEL NUEVO PENSAMIENTO


EHTNP@outlook.com

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